LA ESPAÑA DE LAS CASTILLAS
La España de las castillas
esta callada y dormida
esta en soledad Sevilla.
Esta Córdoba vestida
de gala y de mantilla.
El caballero qué ronda
por las tierras castellanas
viene vestido de porte
y buscando una serrana.
Es su caballo negro
tan negro como azabache,
y trae sobre su montura
el amor como equpaje.
Porqué me miráis campos
con ese mirar cansado
si desde el mismo Toledo
traigo en mi pecho callado
la palabra qué es el credo
para todo enamorado.
No hay mujer qué me alborote
ni hembra qué en mi desate
este sentir que en rebote
y me reclama adelante.
Acaso ser castellano
no es honor en demasía
qué es la tierra más noble
de toda la España mía.
Ya hice gravar en mi espada
su nombre en mi empuñadura
y hasta puse en mi bandera
su color con gran premura.
Pero decirme si acaso
hay hombre que más ofrezca,
ni quien le brinde su brazo
con la más firme nobleza.
La dama que yo pretendo.
Ya es mía por derecho
le entregue mi corazón
y ella acuno en su pecho.
¡¡-La palabra del amor-¡¡.
Y el viento que le escuchaba
entre susurros responde
la dama que usted pretende
y viene, de puro linaje noble.
Si ella le dio palabra de amale
“y le amara hasta la muerte-“
pues no desespere y busque
qué ya le espera latente.
Apresura el paso caballo
qué ya estamos en la meta
y ella espera en sus brazos
para aceptar mi propuesta.
Pasaron cortos segundos.
O quizás horas desmedidas
Pero al verla frente a frente
Todo cansancio mitiga.
Y en tan solo unos segundos
el tiempo quedose inerte
Los dos mirando profundo.
Los dos ansiando el tenerse.
El caballero y la dama.
Unidos y ya por siempre.
Fundidos como el acero a la espada.-
Como la vida a la muerte…
autor-@-Francis Falcón.
Derechos De Autor Reservados
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